La autonomía de un coche eléctrico depende en gran medida de la forma en que cuidamos y cargamos la batería. Si adoptamos buenos hábitos de carga, no sólo podremos recorrer más kilómetros entre cargas, sino que también conseguiremos prolongar la vida útil de la batería.
Si es algo que te preocupa, no dejes de echar un vistazo a estas líneas: te damos varios consejos para adoptar buenos hábitos de carga y que la vida útil de la batería de tu coche dure más tiempo.
¿Cómo se puede ampliar la autonomía de un vehículo eléctrico?
Ampliar la autonomía de un vehículo eléctrico no se basa únicamente en la capacidad de la batería: los hábitos de carga tienen mucho peso a largo plazo, por eso es recomendable que tengas en cuenta los siguientes tips:
Conducción eficiente
Mantén siempre una velocidad moderada. Circular a ritmos altos incrementa de forma exponencial la resistencia del aire y, por tanto, el consumo de energía.
También es muy aconsejable usar el freno regenerativo siempre que sea posible. Esta función recupera parte de la energía cinética al frenar, convirtiéndola de nuevo en electricidad para la batería.
Y no olvides evitar frenazos bruscos y aceleraciones fuertes para reducir los picos de consumo, que también tienen mucho que ver con el consumo de la batería.
Uso responsable de la climatización
La calefacción y el aire acondicionado pueden drenar buena parte de la carga. Programa la climatización desde el enchufe o utiliza modos eco si tu vehículo los incluye.
Y no olvides ventilar el coche antes de arrancar para evitar cargar el sistema de aire acondicionado con aire muy caliente o muy frío.
Planificación de rutas
Otro punto crítico: la planificación. Consulta mapas de puntos de carga en tu trayecto para localizar la ruta más rápida y las mejores ubicaciones para cargar el coche si tu batería presenta problemas de duración.
Lo mejor es aprovechar las largas paradas, como compras, comidas o descansos, para recargar en puntos lentos si no necesitas carga rápida.
Mantenimiento de la batería
Evita ciclos de carga completos desde 0 % hasta 100 % de forma habitual. Mantener la carga entre el 20 % y el 80 % reduce el estrés en las celdas.
Y recuerda que, si no vas a usar el vehículo durante varios días, lo mejor es estacionar el vehículo con la batería al nivel recomendado por el fabricante, que suele oscilar entre el 40 % y el 60 %.
Si quieres saber más sobre cuál es la duración de la batería de un coche eléctrico, no dejes de ojear nuestro artículo.
Condiciones ambientales
Las baterías sufren en climas muy fríos o muy cálidos. Siempre que sea posible, aparca en garaje o zonas sombreadas para mantener la batería a temperaturas óptimas.
Algunos vehículos permiten precalentar o enfriar la cabina y la batería mientras están enchufados, lo que reduce el consumo en ruta. Si tienes la opción a tu alcance, no dudes en aprovecharla.
Prioriza la carga lenta siempre que te convenga
Es habitual que los conductores se pregunten qué es mejor, si optar por la carga alterna (AC) o la carga continua (DC). La carga lenta (AC) es más suave con la batería, si bien es cierto que lleva más tiempo cargar la batería al completo, pero para rutinas diarias suele ser la opción más recomendable porque es la que más y mejor preserva la batería.
Tampoco es mala idea aprovechar las horas de menor demanda eléctrica para beneficiarte de tarifas más económicas. Deja el coche cargando toda la noche si tu tarifa lo permite y benefíciate de sus ventajas para cargar el coche a un menor coste.
Ajustar el nivel de carga óptimo y controla la temperatura
Muchos fabricantes aconsejan recargar hasta el 80 % en el día a día, y llegar al 100 % sólo cuando vayas a hacer un viaje largo. También deberías evitar descargar por completo la batería: por debajo del 10%, las celdas pueden sufrir estrés y acelerarse el desgaste.
No dejes de echar un ojo a la temperatura del coche. Cargar la batería si está muy caliente es una mala idea siempre, sobre todo en verano. Lo mejor es dejar reposar el coche para que baje de temperatura, e iniciar la carga más adelante.
Lo mismo sucede con el frío: intentar cargar la batería con temperaturas gélidas puede acelerar el desgaste. Por eso, si tu coche tiene la opción de precalentar la batería, hazlo para evitar un choque térmico que comprometa la vida útil de las celdas.
Mantenimiento y revisión periódica
No olvides revisar el estado del puerto de carga. Asegúrate de que no haya suciedad, corrosión o holguras. Una conexión sólida mejora la eficiencia de la carga siempre.
Los fabricantes suelen optimizar la gestión de la batería mediante actualizaciones. Instálalas cuando estén disponibles para asegurarte de que dispones de las últimas mejoras.
En general, lo que hay que evitar para que la batería no se deteriore rápido es utilizar de manera recurrente la carga rápida, ya que para el día a día no es la mejor opción. La carga rápida debe estar disponible para momentos puntuales o para viajes imprevistos.
Tampoco deberías cargar el coche en estaciones de baja calidad. Algunos puntos de carga, aunque son económicos, presentan fallos con frecuencia. Lo mejor es recurrir a redes fiables que garanticen una carga saludable de las celdas de la batería de tu coche.
Y no olvides que, si tu coche dispone de opciones de preacondicionamiento de la batería, hay que utilizarlas para aclimatar la batería a las condiciones del ambiente.